lunes, 22 de agosto de 2016

LAS CAUSAS INTERNAS O LAS SIETE EMOCIONES DE LA ENFERMEDAD






Libro.- El Gran Libro de la Medicina China”; Autor.- Wong Kiew Kit


La importancia que la patología china atribuye a los factores psicológicos se refleja en el hecho de que designa siete emociones como las causas internas de la enfermedad. Estas «siete emociones» son:

·        la alegría,

·        la ira,

·        la melancolía,

·        la angustia,

·        la tristeza,

·        el temor y

·        el susto.

La alegría es un factor saludable, pero una experiencia intensa y prolongada de alegría excesiva perjudica el corazón y entonces se convierte en una causa patógena endógena. Una alegría inmensa agota la energía del corazón. Ése es un buen ejemplo de moderación en todo. La alegría negativa, como el placer que deriva de perjudicar a los demás, es asimismo patógena.

La ira perjudica el hígado. Cuando una persona se enfada, excita el fuego de su hígado (es decir, su hígado funciona en exceso), palidece y le tiemblan las extremidades. La ira origina un aumento de la energía, que puede provocar una distorsión de la visión, dolor de cabeza, mareos y vómitos de sangre. Según la concepción china de la medicina, el hígado regula el flujo sanguíneo y está relacionado con el corazón. Por eso, una persona que se enfada fácilmente es propensa a sufrir enfermedades cardíacas.

La melancolía perjudica el pulmón. Cuando uno se preocupa demasiado y sufre un exceso de melancolía, es posible que pierda el apetito, tosa y vomite, que sufra de estreñimiento y de insomnio, y que tenga dificultades sexuales; está abatido y se le bloquea el flujo de energía. Las personas melancólicas o las que de repente se ven expuestas a una gran preocupación sucumben fácilmente a enfermedades pulmonares.

La angustia perjudica el bazo. Cuando uno piensa demasiado o es ansioso en exceso, los sistemas del bazo y del estómago se verán afectados. Se le congestiona la energía y el sistema digestivo y el de absorción le funcionan mal, lo cual le provoca pérdida de apetito, flatulencia en el pecho o el abdomen, dolor de cabeza y mareos, insomnio y amnesia (pérdida de la memoria). Por lo tanto, cuando uno está ansioso, pierde las ganas de comer.

La tristeza perjudica tanto el corazón como el pulmón. Demasiada tristeza hace que uno pierda el entusiasmo y la confianza en la vida; estresa el corazón y agota la energía. El paciente no tiene apetito, puede que tenga tos, no puede dormir y tal vez pierda sangre en la orina. Por eso el amor no correspondido suele ser causa de tisis.

El miedo perjudica los riñones, hace que la energía disminuya y se agote, y puede provocar una pérdida del control de las heces y la orina, diarrea involuntaria, polución nocturna, convulsiones y trastornos mentales. Puede causar problemas sexuales.

El susto perjudica el espíritu y el corazón; dispersa el espíritu y malgasta la energía, y puede provocar graves palpitaciones, insomnio, falta de concentración, convulsiones, pérdida de la conciencia y trastornos mentales. El susto perjudica también la vesícula y el riñón.

Estas «siete emociones» demuestran claramente el profundo conocimiento que tenían los chinos de la estrecha relación entre los factores fisiológicos y los psicológicos en medicina y salud.

Los investigadores médicos occidentales, que se sorprenden por la proliferación de enfermedades psicosomáticas y degenerativas en la vida moderna, tal vez obtengan conocimiento e inspiración de esta antigua sabiduría china.

Para los chinos, estos factores fisiológicos son causas patógenas endógenas.

Una técnica interesante y efectiva que se utiliza en la medicina china consiste en usar la emoción adecuada para tratar una enfermedad emocional o psiquiátrica. Según la psicología china, la tristeza vence a la ira, el temor vence a la alegría, la ira vence a la preocupación, la alegría vence a la melancolía y la preocupación vence al temor.

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